«El Codex Glazier (Morgan Library, MS G.67 Pierpont Morgan Library. Manuscript. M.910.) es un manuscrito uncial copto del Nuevo Testamento en pergamino, de muy diminuto tamaño, apenas 12x11 cms. Esta pequeña obra se mantenía cerrada envuelta con dos largas bandas de cuero, una vertical y la otra horizontal. Está datado paleográficamente en el siglo IV o V d. JC. En todo caso, desde la perspectiva del diseño como criterio de datación, por la presencia de la cruz ansata al final del manuscrito, no más allá del siglo VI. Textualmente está muy cerca del Codex Bezae. Contiene el texto de los Hechos de los Apóstoles 1:1-15:3. El manuscrito termina con Hechos 15:3 en el recto del folio 155, mientras que el verso de la página siguiente se ha dejado en blanco.»
«El
manuscrito también es importante como testimonio de la lengua
copta, porque es uno de los pocos manuscritos que están
escritos en la variedad copta utilizada en el Medio Egipto, el dialecto
mesokémico u oxirrinquita, también conocido como egipcio medio.
Es destacable en este códice que concluye su texto con una imagen a página
completa de una cruz Ankh flanqueada por pavos reales.
Actualmente
se conserva en la Biblioteca y Museo Morgan de Nueva York.
Aunque el códice, llamado Glazier en honor a su antiguo dueño (William S. Glazier), contiene solo los capítulos 1 al 15:2 del texto de los Hechos de los Apóstoles, parece ser uno de los pocos manuscritos del período paleocristiano que ha sobrevivido intacto. Presumiblemente, la segunda mitad de los Hechos estaba contenida en un volumen complementario. La encuadernación del códice parece ser la original.»
«La
única ilustración del códice es una miniatura de página completa de una
gran cruz flanqueada por dos pavos reales, dos ramas y tres
pequeños pájaros (tal vez palomas) al final del manuscrito. Esta miniatura,
la miniatura copta más antigua que se conoce, está en consonancia con una práctica paleocristiana muy extendida de terminar
los libros con cruces ornamentales.
La
forma de la cruz en el
códice Glazier es, sin embargo, peculiarmente copta y mejor diríase, egipcia.
La parte superior en bucle sobre el brazo horizontal deriva de un jeroglífico
egipcio, el Ankh, «que es “el Monograma” del Nombre de Thoth» y que, en un
significado, se relaciona con "vida". Las cruces Ankh aparecen en
muchos textiles y esculturas coptas, porque los cristianos egipcios interpretaron
este jeroglífico como evidencia profética de la venida del Cristo, que
es “el Camino, la Verdad y la Vida”, y adoptaron la forma del jeroglífico para su propio uso. En todo caso, la
presencia de esta cruz ansata al final del manuscrito, tan elaborada y con
todo su rico y profundo simbolismo, subraya la importancia y el carácter
sagrado del texto del códice.
La
cruz Ankh es uno de los numerosos ejemplos de la capacidad del Cristianismo
Primitivo de asimilar, en su propia expresión en el arte, motivos de otras
tradiciones religiosas. Las ramas y los pájaros, que como símbolos de paz
aparecen con frecuencia en los monumentos paleocristianos pueden referirse, en
este contexto, a la Resurrección.
Cintas entrelazadas, como las que decoran la superficie de la cruz, aparecen en muchas obras coptas, pero el Códice Glazier es el único ejemplo sobreviviente de patrones entrelazados en un manuscrito. Las páginas adornadas con diseños entrelazados son una característica de los manuscritos hiberno-sajones posteriores, lo que sugiere que el desarrollo espectacular del arte de Northumbria del siglo VII puede haberse basado, en parte, en fuentes coptas.»
«La “rueda del tiempo” no ha hecho sino revalorizar la singularidad del Códice Glazier. Su “pequeñez” no ha restado un ápice al interés que despierta este diminuto texto, por ser “testigo escrito” de los tiempos del Cristianismo Primitivo en que la transmisión de los textos de la “Buena Nueva” cristiana se plasmaba todavía en pergamino.»
«De
igual modo, la sobria belleza de la cruz Ankh, cruz copta, o cruz de Thoth,
rememora la olvidada importancia que la tradición copta dejó impresa en el
Cristianismo de los primeros siglos.»